Los tres últimos deseos de Alejandro El Grande
Encontrándose al borde de la muerte, Alejandro convocó a sus generales y les comunicó sus tres últimos deseos:
1 - Que su ataúd fuese llevado en hombros y transportado por los mejores médicos de la época.
2 - Que los tesoros que había conquistado (plata, oro, piedras preciosas), fueran esparcidos por el camino hasta su tumba, y...
3 - Que sus manos quedaran balanceándose en el aire, fuera del ataúd, y a la vista de todos.
Uno de sus generales, asombrado por tan insólitos deseos, le preguntó a Alejandro cuáles eran sus razones.
Alejandro le explicó:
1 - Quiero que los más eminentes médicos carguen mi ataúd para así mostrar que ellos NO tienen, ante la muerte, el poder de curar.
2 - Quiero que el suelo sea cubierto por mis tesoros para que todos puedan ver que los bienes materiales aquí conquistados, aquí permanecen.
3 - Quiero que mis manos se balanceen al viento, para que las personas puedan ver que venimos con las manos vacías, y con las manos vacías partimos, cuando se nos termina el más valioso tesoro que es el tiempo.
Al morir nada material te llevas, aunque creo que las buenas acciones son una especie de cheques de viajero.
"EL TIEMPO" es el tesoro más valioso que tenemos porque ES limitado. Podemos producir más dinero, pero no más tiempo. Cuando le dedicamos tiempo a una persona, le estamos entregando una porción de nuestra vida que nunca podremos recuperar, nuestro tiempo es nuestra vida. EL MEJOR REGALO que le puedes dar a alguien es tu tiempo y SIEMPRE se le regala a la familia, a alguien especial o a un buen amigo.
he abierto este rincon personal, aqui escribire mis pensamientos, poemas, canciones, todas sacadas de mi corazon, de mi, y dadas por Dios. Pido perdon para los sabios de la literatura, ya que puedo cometer faltas gramaticales, pero esto como lo escribo asi, es asi como sale. gracias por vicitar este espacio.
martes, 10 de noviembre de 2009
viernes, 6 de noviembre de 2009
No hay nada imposible, aun las cosas que nos parecen estar lejos, es cuando mas cerca estan
tener suenos, no es malo, en definitiva ni siquiera roban espacio, hacen gastar dinero, quizas lo unico que sun sueno pueda hacer es detener el tiempo, no permitir que luches por lo real, y se siga viviendo bajo el concepto de sonar es gratis.
No se, yo seguire sonando con aquello que jamas pueda alcanzar, seguire tocando el cielo por muy lejos que este me parezca, seguire riendo aunque tenga en este momentos deseos de llorar, seguire, seguire, no me detendre, creo que por pensar ni haga dano, ni a otros le robe su felicidad
tener suenos, no es malo, en definitiva ni siquiera roban espacio, hacen gastar dinero, quizas lo unico que sun sueno pueda hacer es detener el tiempo, no permitir que luches por lo real, y se siga viviendo bajo el concepto de sonar es gratis.
No se, yo seguire sonando con aquello que jamas pueda alcanzar, seguire tocando el cielo por muy lejos que este me parezca, seguire riendo aunque tenga en este momentos deseos de llorar, seguire, seguire, no me detendre, creo que por pensar ni haga dano, ni a otros le robe su felicidad
miércoles, 4 de noviembre de 2009
vivir fuera de Qba
ESTO NO ES DE MI AUROTIA, ME LO ENVIO MI AMIOGA QUE VIVE EN MIAMI, YO LO TRAIGO AQUI PORQUE EN MUUUUUUUCHAS COSAS ME SIENTO IDENTIFICADA, SOBRE TODO CUANDO ME SENTE EN UN BANCO, CERCA DE UNA SENORA, QUERIA CONVERSAR, QUIZAS DEL TIEMPO FRIO QUE NOS PELABA LA PIEL, YO ESPERANDO A MI AMRIDO DECIDI CAMINAR EN LO QUE EL TRABAJABA EN TRISTE, Y NO RECORDABA QUE NO ESTABA EN CUBA, QUE AUN SENTANDIOTE CON UN DESCONOCIDO COMIENZAS A TENER UNA CONVERSACION DE LO QUE DESEES, DESDE POLITICAS HACIENDO EL HUMOR NEGRO, LAS PARODIAS, HASTA DE LOS NOVELONES BRASILENOS, NADA QUE VER CON LOS AMERICANOS O SUDAFRICANOS QUE DURAN MAS DE 40 ANIOS DE PUESTA EN LA T.V, RECORDE QUE ESTABA FUERA, PORQUE LA SENORA SIN PENSARLO DOS VECES SE ALEJO DE MI, RECOGIENDO SU CARTERA, QUIZAS PENSO QUE SE LA TENIRIA CON MI PIEL, O QUE LE ROBARIA SU DINERO, CHI LO SA?! SOLO LEI.
RECOEDE DE ESTAR FUERA NO POR LA PROSPERIODAD MATERIAL QUE NOS RODEA, SINO POR TANTAS MISERIAS HUMANAS QUE HE VISTO, COMO SIEMPRE DIGO, NO SOY ROJA, SIMPATIZO CON BERLUSCA JAJAJA, SIEMPRE DERECHA, DERECHA, PERO UNA COSA TENGO, Y ES QUE NO SOY NI CIEGA, NI ESTUPIDA DE DECIR LO QUE NO ES, O ESCONDER LA VERDAD QUE SE VE ASI DE CRUDA POR UN PLATO DE COMIDA, VAMOS QUE NO TODOS LOS CUBANOS PINTAMOS LA VERDAD CON LA SINCERIDAD, Y TRISTEMENTE CUANDO DICES ALGO, AUN FUERA DEL PAIS TE SENSURAN AQUELLOS QUE TODO LO VEN O NEGRO O BLANCO
AQUI ESTA LO QUE EL YOYO( A SABER QUIEN ES EL) ESCRIBIO, PUEDE QUE SEA SU EXPERIENCIA, O SU ESPEJISMO
Vivir fuera de Cuba
no es jamón
por el Yoyo
Vivir fuera de Cuba no es jamón. No señor.
Lo que sí he aprendido es que hay varias etapas por las que se pasa y son más o menos así:
Primera etapa: el obstinamiento.
Todavía estás en Cuba . No tienes claro dónde vas a aterrizar, pero no importa, siempre que no veas más nunca un camello(autobuses), ni el verano sin ventilador, ni un apagón… Estás en la cuerda floja: que si me voy, que si me quedo…
Segunda etapa. Los “combatientes” de inmigración enseñan que todo puede ser peor...
- Maratónica espera: la tarjeta blanca, la liberación profesional, el pasaporte, la carta de invitación, el giro del dinero...
El acto final: aeropuerto José Martí con tu familia. Ha sido un camino largo y temes que todavía algo se puede joder.
El uniforme de inmigración aún te hace temblar. Vives momentos de tensión, el guardia de inmigración estudia de punta a cabo tu pasaporte como en una novela de espionaje, ¿qué carajo buscará?. Al mismo tiempo, mira 40 veces el espejo que tienes a tu espalda, será pa´ vacilarte, pa’ ver si te haces caca en los pantalones; sudas copiosamente.
Te pregunta que ¿a dónde vas? ¿por qué te vas? También quiere saber si vas de visita por tres meses y, claro, si vuelves… “Sí, espérame sentado”, piensas tú en ese momento, pero respondes: “Sí compañero, por supueeeesto!” Finalmente te pone el cuño. ¡COÑOOOO…!
¡Un momento! ¿Y ahora por qué el avión sale con retraso? Seguro que es por mí. ¡Usted verá! De seguro alguien se enteró de los 40 "fulas" que le pagué al director de mi empresa por firmar la carta de liberación. Bueno, si taita Julián hubiera podido comprar su carta de libertad por 40 dólares, la historia de Cuba habría sido otra...
Finalmente, el avión levanta vuelo y entonces te vuelve el alma al cuerpo.
- Pero entonces viene el papelazo, una etapa que empieza en el avión… en especial para los millones que nunca hemos montado uno ni hemos salido fuera de Cuba. ¿Cómo se cierra el cinturón? No te atreves a pedir una Coca-Cola, no vaya a ser que "no te toque" o que la aeromoza (fuera de Cuba se llaman azafatas) te dé una mala contesta. Aprender a usar un celular cuesta trabajo pero entender cómo hacer uso de tus libertades es una labor titánica. Y, como si fuera poco lo que tienes que asimilar y aprender, te empiezan a hablar en términos extraños: ¿qué cosa es un seguro, para qué sirve? ¿Cómo, que tienes que sacar dinero del banco en un cajero automático? ¿Cómo se usan las tarjetas de crédito? Además, hay que aprender a usar el teléfono para todo: si vas a visitar a alguien tienes que llamar, si te vas a demorar, también tienes que llamar… Si te invitan a comer en una casa, debes llevar flores o una botella de vino, algún detalle. Encima, al otro día hay que llamar para dar las gracias por tan agradable velada, aunque la comida te haya dado diarreas.
Los cubanos se vuelven muy susceptibles en el exilio y esperan que les agradezcas sus gentilezas contigo, lo cual es normal, pero no una vez sino muchas, muchas veces.
Pero bueno, ¡el mundo es tan lindo! Te deslumbran los autos nuevos, las mujeres hermosamente arregladas desde la mañana, los hombres de cuello y corbata, las señoras mayores con sus cabellos engominados y su perenne olor a flores . ¡Ay, el olor de esta sociedad! ¡Tan distinta a la peste que respiraba a diario al salir de mi cuartería en La Habana Vieja. Otra cosa que llama la atención, en esta inmigración (la de allá era EMIGRACIÓN), aunque no te quieran y te tilden de “recién llegado”, lo que implica que no estás pulido, te tratan con respeto y reconocen tus derechos.
En fin, la otra etapa es: ¡y ahora a buscar trabajo!
Y “pasaron 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7 semanas" (¿se acuerdan de la canción?) ¡Y na! ¡Ni de sepulturero encuentras un puesto! Después de todo, estamos en recesión. Por otra parte, aunque esta ciudad es como una extensión de Cuba , necesitas hablar inglés… Otro factor increíble es que con el paso del tiempo llegar a conocer la ciudad de arriba abajo, pero no logras hacer ni un amigo, de los de verdad, de aquellos que lograbas en Cuba . Entonces te empieza a molestar la soledad y no hablar tu idioma. ¡Ja! Y ver a dos cubanos enredados en inglés, pasando trabajo con el vocabulario y con el acentazo que no se les entiende nada, es como estar viendo una película de Buñuel, juro que sí. ¿Será que hablar español da cáncer? Por favor, si se enteran de algo al respecto me lo hacen saber…
¡Y la mente es una cabrona! Poco a poco, te vas a acostumbrando a lo bueno y a lo “nuevo”, y entonces empiezas a recordar a tu barrio, a la gente jugando dominó, a los negrones diciendo indecencias y hablando como si tuvieran papas en la boca; recuerdas cuando le podías decir piropos a las mujeres (aquí eso se considera acoso sexual), o cuando podías hacerle monerías a los niños en el parque sin que pensaran que eres un pedófilo. ¡Qué diferente tu gente y tu cultura a la de estos rubios pragmáticos, sin sangre en las venas! Entonces lo horrible no te parece tan terrible y añoras un poquito de chusmería y oír a uno gritando: ¡la galleta, caballero’, la galleta! ¿Creerías que cuando me pongo a pensar en mi Cuba rompo a llorar?
Hay otra etapa caracterizada por la morriña. Esa empieza cuando conoces a tú único amigo en el exilio: el gorrión. Tarda pero llega seguro. Además, te das cuenta de que todo lo que brilla no es oro y que esta sociedad, la de la primera potencia mundial, está plagada de defectos e injusticias.
Y luego llega un 31 de diciembre y el gorrión se posa en tu hombro: “¿y qué coño hago yo aquí?” te preguntas. Los recuerdos te acorralan y te sacan lagrimones. Y si te toca vivir en un estado con nieve, más te acuerdas del calorcito y las playas de tu país.
Allá sólo querías oír música en inglés y lo del patio era pura mierda, pero aquí descubres o empiezas a valorar a Lecuona, a Matamoros , a Cuní... Tu libro de cabecera se llama “¿Dónde está mi Habana?” Empiezas a coleccionar CDs de Bola, la Bourke, Moraima, y hasta de María Teresa Vera… y te vas a los conciertos de otroras glorias de Cuba, como Martha Pérez, Luisa María Güell, Meme Solís, Zenaida Manfugás, Renée Barrios, todas momias en la actualidad pero que te evocan tu dulce juventud en la islita caribeña que tanto amas.
En Cuba detestaba todos los dicharachos criollos y me inclinaba hacia la cultura europea, pero aquí me acuerdo de todo el refraneo popular cubano, que tanto me diferencian del resto de las culturas hispanas en este país. Porque ahora uno quiere ser diferente. Es más, quieres hacerle saber a todos que eres cubano, no latinoamericano ni hispano, sino CUBANO.
Discutes con los que hablan peste de tu patria. Te fajas con los comemierdas que dicen que la Salsa no tiene raíces cubanas y que Varadero no es la playa más hermosa que ojos humanos han visto.
Finalmente, la última etapa es la resignación.
Cuando dos cubanos se conocen, la primera pregunta es: ¿cuánto tiempo llevas aquí?
Es como si estuvieras en prisión, porque si lo piensas con sinceridad y te libras de manerismos virtuales es una condena no estar en tu tierra.
De buenas a primeras te das cuenta de que los que estamos fuera, necesitamos emocionalmente de los que quedaron allá. Tratamos de resolver sus problemas mandando dólares, ropa y comida, pero lo que necesitamos nosotros, ellos no pueden enviarlo por correo: compañerismo, solidaridad, calor humano.
Y así pasa el tiempo y llega finalmente la esperada primera visita a Cuba después de haberte ido echando pestes del terruño.
¡Qué desilusión entonces! Toda vez allá, te percatas de que ya no eres de allí, de que ya no tienes puntos comunes con tu pueblo, que su realidad no es la tuya, de que la Cuba de tus sueños se esfumó; no conoces al grupo cubano de moda, no sabes a donde va la ruta 222, ni qué novela están poniendo en TV o a qué hora comienzan los cines. La Habana te resulta ajena y, a pesar de lo dicho anteriormente, te sientes más a gusto en Miami o Nueva York ... ¿Qué pasó con tu idealizada patria?
Al segundo día de estar en Cuba , a pesar de la alegría de ver a tu familia y de compartir con amigos de toda una vida, quisieras volver a casa, aquí, a tu país imperfecto. ¿Qué pasó con la añoranza de la patria caribeña? Pues sucede que entonces echas de menos al pragmatismo y eficiencia de los anglosajones. En realidad, ya no perteneces a ningún lugar. Como dice la canción: "No eres ni de aquí ni de allá", pero eres de aquí, no de allá. Ya eres un “cubanoamericano”, una carrera muy larga, a la que se llega por diferentes caminos...
Al regreso, en el aeropuerto José Martí, esta vez no te harán tantas preguntas como cuando te fuiste definitivamente de allá.
Las preguntas te las harás tú... En fin, toma tiempo y muchas lágrimas entender cuál es tu verdadero lugar en el mundo, pero el regreso a la isla te llena de contradicciones y te indica irremediablemente te indica que ya no hay marcha atrás, el resto es espejismo…
RECOEDE DE ESTAR FUERA NO POR LA PROSPERIODAD MATERIAL QUE NOS RODEA, SINO POR TANTAS MISERIAS HUMANAS QUE HE VISTO, COMO SIEMPRE DIGO, NO SOY ROJA, SIMPATIZO CON BERLUSCA JAJAJA, SIEMPRE DERECHA, DERECHA, PERO UNA COSA TENGO, Y ES QUE NO SOY NI CIEGA, NI ESTUPIDA DE DECIR LO QUE NO ES, O ESCONDER LA VERDAD QUE SE VE ASI DE CRUDA POR UN PLATO DE COMIDA, VAMOS QUE NO TODOS LOS CUBANOS PINTAMOS LA VERDAD CON LA SINCERIDAD, Y TRISTEMENTE CUANDO DICES ALGO, AUN FUERA DEL PAIS TE SENSURAN AQUELLOS QUE TODO LO VEN O NEGRO O BLANCO
AQUI ESTA LO QUE EL YOYO( A SABER QUIEN ES EL) ESCRIBIO, PUEDE QUE SEA SU EXPERIENCIA, O SU ESPEJISMO
Vivir fuera de Cuba
no es jamón
por el Yoyo
Vivir fuera de Cuba no es jamón. No señor.
Lo que sí he aprendido es que hay varias etapas por las que se pasa y son más o menos así:
Primera etapa: el obstinamiento.
Todavía estás en Cuba . No tienes claro dónde vas a aterrizar, pero no importa, siempre que no veas más nunca un camello(autobuses), ni el verano sin ventilador, ni un apagón… Estás en la cuerda floja: que si me voy, que si me quedo…
Segunda etapa. Los “combatientes” de inmigración enseñan que todo puede ser peor...
- Maratónica espera: la tarjeta blanca, la liberación profesional, el pasaporte, la carta de invitación, el giro del dinero...
El acto final: aeropuerto José Martí con tu familia. Ha sido un camino largo y temes que todavía algo se puede joder.
El uniforme de inmigración aún te hace temblar. Vives momentos de tensión, el guardia de inmigración estudia de punta a cabo tu pasaporte como en una novela de espionaje, ¿qué carajo buscará?. Al mismo tiempo, mira 40 veces el espejo que tienes a tu espalda, será pa´ vacilarte, pa’ ver si te haces caca en los pantalones; sudas copiosamente.
Te pregunta que ¿a dónde vas? ¿por qué te vas? También quiere saber si vas de visita por tres meses y, claro, si vuelves… “Sí, espérame sentado”, piensas tú en ese momento, pero respondes: “Sí compañero, por supueeeesto!” Finalmente te pone el cuño. ¡COÑOOOO…!
¡Un momento! ¿Y ahora por qué el avión sale con retraso? Seguro que es por mí. ¡Usted verá! De seguro alguien se enteró de los 40 "fulas" que le pagué al director de mi empresa por firmar la carta de liberación. Bueno, si taita Julián hubiera podido comprar su carta de libertad por 40 dólares, la historia de Cuba habría sido otra...
Finalmente, el avión levanta vuelo y entonces te vuelve el alma al cuerpo.
- Pero entonces viene el papelazo, una etapa que empieza en el avión… en especial para los millones que nunca hemos montado uno ni hemos salido fuera de Cuba. ¿Cómo se cierra el cinturón? No te atreves a pedir una Coca-Cola, no vaya a ser que "no te toque" o que la aeromoza (fuera de Cuba se llaman azafatas) te dé una mala contesta. Aprender a usar un celular cuesta trabajo pero entender cómo hacer uso de tus libertades es una labor titánica. Y, como si fuera poco lo que tienes que asimilar y aprender, te empiezan a hablar en términos extraños: ¿qué cosa es un seguro, para qué sirve? ¿Cómo, que tienes que sacar dinero del banco en un cajero automático? ¿Cómo se usan las tarjetas de crédito? Además, hay que aprender a usar el teléfono para todo: si vas a visitar a alguien tienes que llamar, si te vas a demorar, también tienes que llamar… Si te invitan a comer en una casa, debes llevar flores o una botella de vino, algún detalle. Encima, al otro día hay que llamar para dar las gracias por tan agradable velada, aunque la comida te haya dado diarreas.
Los cubanos se vuelven muy susceptibles en el exilio y esperan que les agradezcas sus gentilezas contigo, lo cual es normal, pero no una vez sino muchas, muchas veces.
Pero bueno, ¡el mundo es tan lindo! Te deslumbran los autos nuevos, las mujeres hermosamente arregladas desde la mañana, los hombres de cuello y corbata, las señoras mayores con sus cabellos engominados y su perenne olor a flores . ¡Ay, el olor de esta sociedad! ¡Tan distinta a la peste que respiraba a diario al salir de mi cuartería en La Habana Vieja. Otra cosa que llama la atención, en esta inmigración (la de allá era EMIGRACIÓN), aunque no te quieran y te tilden de “recién llegado”, lo que implica que no estás pulido, te tratan con respeto y reconocen tus derechos.
En fin, la otra etapa es: ¡y ahora a buscar trabajo!
Y “pasaron 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7 semanas" (¿se acuerdan de la canción?) ¡Y na! ¡Ni de sepulturero encuentras un puesto! Después de todo, estamos en recesión. Por otra parte, aunque esta ciudad es como una extensión de Cuba , necesitas hablar inglés… Otro factor increíble es que con el paso del tiempo llegar a conocer la ciudad de arriba abajo, pero no logras hacer ni un amigo, de los de verdad, de aquellos que lograbas en Cuba . Entonces te empieza a molestar la soledad y no hablar tu idioma. ¡Ja! Y ver a dos cubanos enredados en inglés, pasando trabajo con el vocabulario y con el acentazo que no se les entiende nada, es como estar viendo una película de Buñuel, juro que sí. ¿Será que hablar español da cáncer? Por favor, si se enteran de algo al respecto me lo hacen saber…
¡Y la mente es una cabrona! Poco a poco, te vas a acostumbrando a lo bueno y a lo “nuevo”, y entonces empiezas a recordar a tu barrio, a la gente jugando dominó, a los negrones diciendo indecencias y hablando como si tuvieran papas en la boca; recuerdas cuando le podías decir piropos a las mujeres (aquí eso se considera acoso sexual), o cuando podías hacerle monerías a los niños en el parque sin que pensaran que eres un pedófilo. ¡Qué diferente tu gente y tu cultura a la de estos rubios pragmáticos, sin sangre en las venas! Entonces lo horrible no te parece tan terrible y añoras un poquito de chusmería y oír a uno gritando: ¡la galleta, caballero’, la galleta! ¿Creerías que cuando me pongo a pensar en mi Cuba rompo a llorar?
Hay otra etapa caracterizada por la morriña. Esa empieza cuando conoces a tú único amigo en el exilio: el gorrión. Tarda pero llega seguro. Además, te das cuenta de que todo lo que brilla no es oro y que esta sociedad, la de la primera potencia mundial, está plagada de defectos e injusticias.
Y luego llega un 31 de diciembre y el gorrión se posa en tu hombro: “¿y qué coño hago yo aquí?” te preguntas. Los recuerdos te acorralan y te sacan lagrimones. Y si te toca vivir en un estado con nieve, más te acuerdas del calorcito y las playas de tu país.
Allá sólo querías oír música en inglés y lo del patio era pura mierda, pero aquí descubres o empiezas a valorar a Lecuona, a Matamoros , a Cuní... Tu libro de cabecera se llama “¿Dónde está mi Habana?” Empiezas a coleccionar CDs de Bola, la Bourke, Moraima, y hasta de María Teresa Vera… y te vas a los conciertos de otroras glorias de Cuba, como Martha Pérez, Luisa María Güell, Meme Solís, Zenaida Manfugás, Renée Barrios, todas momias en la actualidad pero que te evocan tu dulce juventud en la islita caribeña que tanto amas.
En Cuba detestaba todos los dicharachos criollos y me inclinaba hacia la cultura europea, pero aquí me acuerdo de todo el refraneo popular cubano, que tanto me diferencian del resto de las culturas hispanas en este país. Porque ahora uno quiere ser diferente. Es más, quieres hacerle saber a todos que eres cubano, no latinoamericano ni hispano, sino CUBANO.
Discutes con los que hablan peste de tu patria. Te fajas con los comemierdas que dicen que la Salsa no tiene raíces cubanas y que Varadero no es la playa más hermosa que ojos humanos han visto.
Finalmente, la última etapa es la resignación.
Cuando dos cubanos se conocen, la primera pregunta es: ¿cuánto tiempo llevas aquí?
Es como si estuvieras en prisión, porque si lo piensas con sinceridad y te libras de manerismos virtuales es una condena no estar en tu tierra.
De buenas a primeras te das cuenta de que los que estamos fuera, necesitamos emocionalmente de los que quedaron allá. Tratamos de resolver sus problemas mandando dólares, ropa y comida, pero lo que necesitamos nosotros, ellos no pueden enviarlo por correo: compañerismo, solidaridad, calor humano.
Y así pasa el tiempo y llega finalmente la esperada primera visita a Cuba después de haberte ido echando pestes del terruño.
¡Qué desilusión entonces! Toda vez allá, te percatas de que ya no eres de allí, de que ya no tienes puntos comunes con tu pueblo, que su realidad no es la tuya, de que la Cuba de tus sueños se esfumó; no conoces al grupo cubano de moda, no sabes a donde va la ruta 222, ni qué novela están poniendo en TV o a qué hora comienzan los cines. La Habana te resulta ajena y, a pesar de lo dicho anteriormente, te sientes más a gusto en Miami o Nueva York ... ¿Qué pasó con tu idealizada patria?
Al segundo día de estar en Cuba , a pesar de la alegría de ver a tu familia y de compartir con amigos de toda una vida, quisieras volver a casa, aquí, a tu país imperfecto. ¿Qué pasó con la añoranza de la patria caribeña? Pues sucede que entonces echas de menos al pragmatismo y eficiencia de los anglosajones. En realidad, ya no perteneces a ningún lugar. Como dice la canción: "No eres ni de aquí ni de allá", pero eres de aquí, no de allá. Ya eres un “cubanoamericano”, una carrera muy larga, a la que se llega por diferentes caminos...
Al regreso, en el aeropuerto José Martí, esta vez no te harán tantas preguntas como cuando te fuiste definitivamente de allá.
Las preguntas te las harás tú... En fin, toma tiempo y muchas lágrimas entender cuál es tu verdadero lugar en el mundo, pero el regreso a la isla te llena de contradicciones y te indica irremediablemente te indica que ya no hay marcha atrás, el resto es espejismo…
EL BLOG DEL KKK
PUES SI, AQUI EN IT EXISTE UN BLOG QUE ES SOBRE EL NUEVO KKK, DONDE LAS INSCRPCIONES ESTAN ABIERTAS PARA ATACAR A LOS EXTRANGEROS, ya saben, pobre de los negros, latinos, en fin extracomunitarios, y aclaro, pobre de los blancos latinos que para estos son negros, y yo me digo, que se creen estos' vamos, que en los tiempos del Fuirer tambien serian extirpados por no ser rubios, altos de ojos azules, creo que la familia de mi marido la paso liscia por esas cualidades de aridos, somos la peste para muchiiiiiiiiiiiiiiiisima gente, estos han olvidado cuando fueron a la America a hacer fortuna, tengo deseos de escribir tantaaaaaaaaaasssssssssssss cosas, pero por amor a DIOS Y A MUCHAS PERSONAS EUROPEAS SINCERAS Y DE BUEN CORAZON ME CALLO
ES UNA PESTE, ES POR ESO QUE AMO A LOS PERROS
ESTOS NO ODIAN
ESTOS NO SON RACISTAS
ESTOS NO CREAN BLOG PARA DESTRUIR AL PROJIMO
ESTOS NO APESTAS CON EL OLOR DE LA VIOLENCIA
ESTOS NO SON, NO SON TANTAS COSAS QUE NOSOTROS LOS HUMANOS SOMOS Y QUE EN VERDAD DAMOS REPUGNANCIA
NOS QUEJAMOS DE DONDE SALIMOS, PERO A VECES VIENDO DONDE HEMOS ENTRADO NO HAY TANNNNNNTASS DIFERENCIAS.
quizas por mi marido, que es arido, me dejen pasar esta vez por las calles de la bella Italia
ES UNA PESTE, ES POR ESO QUE AMO A LOS PERROS
ESTOS NO ODIAN
ESTOS NO SON RACISTAS
ESTOS NO CREAN BLOG PARA DESTRUIR AL PROJIMO
ESTOS NO APESTAS CON EL OLOR DE LA VIOLENCIA
ESTOS NO SON, NO SON TANTAS COSAS QUE NOSOTROS LOS HUMANOS SOMOS Y QUE EN VERDAD DAMOS REPUGNANCIA
NOS QUEJAMOS DE DONDE SALIMOS, PERO A VECES VIENDO DONDE HEMOS ENTRADO NO HAY TANNNNNNTASS DIFERENCIAS.
quizas por mi marido, que es arido, me dejen pasar esta vez por las calles de la bella Italia
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